Córdoba: Patrimonio de la Humanidad y crisol de culturas
Tras un viaje de dos horas y media en bus, llegamos a Córdoba, una ciudad donde el calor sofocante se combina con su impresionante historia y diversidad cultural. Declarada Patrimonio de la Humanidad, Córdoba es un lugar donde conviven vestigios del Imperio Romano con la influencia de musulmanes, judíos y católicos.
Alojamiento y un inicio caluroso
Nos alojamos en los Apartamentos Plaza, situados en la encantadora Plaza del Potro. Después de un rápido paso por el supermercado para aprovisionarnos, almorzamos y salimos a explorar la ciudad alrededor de las 15:00, aunque pronto descubrimos que era un error. Con el intenso calor, todo estaba cerrado y las calles prácticamente desiertas. Aun así, aprovechamos para visitar el “Cristo de los Faroles” y recorrer el centro histórico.
Cuando el sol comenzó a bajar y aminó un poco la temperatura (igual hacían 35º), nos unimos a un free tour liderado por Chema, partiendo de la Plaza de las Tendillas. Durante el recorrido, visitamos lugares icónicos como el Puente Romano, el Alcázar y la Mezquita-Catedral, donde el paseo finalizó. Este tipo de tours no solo nos ayudan a conocer la historia local, sino que también nos dan pistas sobre los mejores sitios para visitar al otro día.




Lugares imprescindibles en Córdoba
Entre los lugares que exploramos destacan
El Real Alcázar el cual es una joya histórica que combina la influencia romana, visigoda y musulmana en un majestuoso conjunto arquitectónico. Este antiguo palacio fortificado, rodeado de jardines exuberantes y fuentes, fue residencia de los Reyes Católicos
Los Baños Califales construidos en el siglo X, son un claro ejemplo de la sofisticación de la arquitectura islámica en Al-Ándalus. Estos baños, utilizados por los califas para el descanso y la purificación, revelan la importancia del agua en la cultura musulmana. Sus salas de diferentes temperaturas y sus bóvedas decoradas con lucernarios transportan a una época de esplendor.
La impresionante Mezquita-Catedral, una verdadera obra maestra: una mezcla de diseño musulmán con capillas católicas y referencias judías, todo en un solo espacio. Es un lugar que nunca deja de asombrar por su rica historia y convivencia cultural.
Por la tarde-noche, cruzamos el Puente Romano para disfrutar de un espectacular atardecer con la Mezquita-Catedral como fondo. Aunque intentamos cenar tapas en algún bar de la Plaza Mayor, todos estaban repletos. Caminamos un poco más y terminamos en un restaurante de comida turca. La comida fue deliciosa, aunque un poco pesada para el calor del verano. Para cerrar la noche, regresamos al Puente Romano, donde disfrutamos de música flamenca en vivo bajo el cielo andaluz.








Sevilla: Redescubriendo la capital de Andalucía
Llegada y primer recorrido
El sábado 30, tras organizar las valijas, tomamos un nuevo bus de la empresa Alsa. En dos horas llegamos a Sevilla, la vibrante capital de Andalucía. Arribamos a la Plaza Tres Culturas a las 11:00 AM y caminamos hasta el apartamento Sevilla Centro, donde esperamos hasta el momento del check-in.
Por la tarde, comenzamos nuestra exploración por el barrio de Triana, un lugar auténtico lleno de vida. Continuamos con una visita al Parque María Luisa y la Plaza de España, donde disfrutamos de un espectáculo de flamenco callejero. Posteriormente, nos dirigimos, bordeando el río Guadalquivir hasta la Torre del Oro, al centro histórico y recorrimos sus encantadoras calles hasta bien entrada la tarde.
Por la noche, hicimos un free tour diferente ya que estaba más enfocado en la parte artística de la ciudad, que comenzaba en la Plaza del Salvador. Antes, probamos el mejor helado del viaje en “María Limones”. Este tour tenía un enfoque artístico, recorriendo las fachadas de la Catedral, La Giralda, el Municipio, el Mercado de Atarazanas y culminando en la Torre del Oro, iluminada junto al Guadalquivir. Aunque fue interesante, no fue mi favorito; la guía no transmitía mucho entusiasmo, y el enfoque artístico no conectó tanto conmigo.






Un domingo en Sevilla: Historia y vistas panorámicas
El último día en Sevilla comenzó con un paseo por Las Setas de Sevilla que es una estructura de madera y metal con forma de hongos ubicada en la Plaza de la Encarnación. Luego nos dirigimos al barrio amurallado de La Macarena, donde exploramos sus calles y la capilla, posteriormente visitamos la Catedral con la ayuda de una audioguía y subimos a La Giralda, desde donde disfrutamos de una impresionante vista de 360° de la ciudad desde su campanario.
Por la tarde, caminamos por la judería y bordeamos el Real Alcázar., aunque esta vez no ingresamos (ya habíamos visitado el de Córdoba y yo lo conocía de un viaje anterior) y disfrutamos del encanto de sus alrededores.
Con nuestra experiencia en Sevilla llegando a su fin, nos preparamos para el siguiente y último destino de este inolvidable viaje europeo. Andalucía nos había regalado historia, paisajes inolvidables y una vibrante mezcla de culturas que quedará grabada en nuestra memoria.







