El Último Tramo: Despedida de un Viaje Inolvidable

Las Grutas: Un Encuentro con el Mar Patagónico

Chubut quedó atrás y volvimos a entrar a Río Negro, esta vez con destino a Las Grutas, a unos 300 km de Gaiman. Esta ciudad costera nos recibió con un día espectacular: un cielo completamente despejado, una temperatura cercana a los 20 grados y sin una pizca de viento. Un verdadero lujo.

Lo primero que hicimos fue alojarnos en Departamentos Betania, donde nos recibió Marina, su dueña, una señora muy simpática que nos recomendó ir a la costanera para almorzar. Aceptamos su consejo y terminamos en una casa de pescados y mariscos. Probamos hamburguesas de merluza, rabas, paella grutense y un lenguado con ensalada. Todo estuvo delicioso y nos dejó más que satisfechos.

Con el estómago lleno, bajamos a la playa para conocer las famosas grutas y los piletones naturales que se forman entre las rocas cuando baja la marea. Pasamos un largo rato explorando la zona hasta que decidimos ir a unos 5 km al sur para conocer la playa Piedras Coloradas, recomendada por los locales.

Dicen que estas piedras rojizas son únicas en el mundo por su color. No podemos confirmar si es cierto, pero sí podemos asegurar que nos divertimos muchísimo escalándolas, resbalando en el verdín y disfrutando de un atardecer impresionante tras las sierras.

Breve Visita a San Antonio Oeste

Antes de regresar, intentamos encontrar un observatorio de aves, pero no lo ubicamos y, como ya estaba oscureciendo, no insistimos demasiado. En cambio, nos dirigimos a San Antonio Oeste, el pueblo vecino. Lo que más nos llamó la atención fue que la costa se veía completamente seca, como si el mar se hubiera retirado por completo.

El cansancio nos ganó, así que volvimos al departamento, cenamos y descansamos, preparándonos para el largo trayecto del día siguiente: más de 500 km hasta Sierra de la Ventana.


Una de las tantas grutas
Pileton natural sobre la playa
Kayakeando en el mar
Supuestamente las "Piedras Coloradas"

Sierra de la Ventana y Tandil: El Cierre del Viaje

El viaje estaba llegando a su fin. Las últimas dos ciudades que visitamos rápidamente fueron Sierra de la Ventana y Tandil.

Breve Paso por Sierra de la Ventana

Nos alojamos en una cabaña muy linda y, aunque no tuvimos mucho tiempo, logramos ver a lo lejos la famosa ventana que da nombre al lugar, hacer una pequeña escalada y visitar Villa Ventana, un encantador pueblito con casas de troncos que le dan un aspecto pintoresco.

Luego nos dirigimos a nuestro alojamiento, cenamos en el centro, disfrutamos de un helado y el día se nos fue en un suspiro.

Última Parada: Tandil

A la mañana siguiente salimos hacia Tandil. Hicimos el check-in en el Hotel Mirasierras y buscamos un lugar rápido para almorzar. Aprovechamos la tarde para recorrer algunos puntos icónicos de la ciudad, como el dique, las figuras de Don Quijote y Sancho Panza, el Monte Calvario e intentamos llegar al Cerro Centinela, pero se hizo de noche y la lluvia torrencial nos obligó a cambiar de planes.

Nada nos impidió darnos un baño reparador en el hotel y salir a cenar a La Pulpería, donde disfruté uno de los mejores asados de mi vida. ¡Altamente recomendable!

Cabaña donde nos alojamos en Sierra
Postal de Villa Ventana
El Quijote y Sancho Panza
Rosario en el Monte Calvario

Conclusión: Un Viaje para el Recuerdo

Así finalizaba nuestra travesía por el sur argentino, con 4500 km recorridos en 13 días. Un viaje repleto de paisajes inolvidables, experiencias únicas y recuerdos imborrables. Sin dudas, una aventura que quedará para siempre en nuestra memoria.

Muchas gracias por leer y llegar hasta acá. Si te gustó dejame un comentario, si no te gusto decímelo por privado jajaja 

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